Evento educativo significativo
Hace algunas semanas, durante el curso “Educación, Sujeto y Subjetividad” de la maestría en educación, viví una de las mejores experiencias de formación, fue un proceso bastante integral en donde no sólo se adquirieron aprendizajes técnicos sino también competencias intra e interpersonales para el ejercicio de la docencia. El proceso de evaluación, que lo entiendo como un proceso continuo de valoración del aprendizaje, de seguimiento permanente de las actitudes, conocimientos y destrezas, en esta clase se experimentó tal cual dicha definición. En cada actividad evaluativa se tenían en cuenta no sólo las rúbricas o criterios, que facilitan la consecución de objetivos por parte de uno como estudiante sino que también vuelve el proceso evaluativo más objetivo.
Particularmente en un ejercicio final, en el que dictamos una clase magistral no convencional al grupo de compañeros, en el proceso de evaluación se contemplaron sus tres formas: primero, el grupo nos aportaba su retroalimentación, señalando aspectos positivos y a mejorar (coevaluación); después, uno como expositor también hacía una autoevaluación en términos cualitativos y finalmente, la docente recurría a la heteroevaluación para ofrecernos no solo el feedback sino también la calificación cuantitativa.
Pensando en la pregunta sobre cómo se aprende, considero que entender la evaluación como un proceso y no como una meta, permite que los estudiantes adquiramos aprendizajes significativos, es decir que le encontremos sentido a lo que estamos aprendiendo y esto en parte se logra cuando se permite una evaluación integral donde participe el evaluado, los pares y el docente, de esta manera no solo se construyen conocimientos específicos sino que también se desarrollan habilidades y destrezas para el actuar.
Creo que este evento puede aplicarse perfectamente en un ambiente de aprendizaje virtual, contemplando encuentros sincrónicos, rúbricas de evaluación y sobre todo retroalimentación entre docente-estudiante y estudiantes-estudiantes.
Katerin, qué bueno leer esta experiencia ocurrida en la maestría que te aporta desde tu formación en el rol que desempeñas como participante y el que cumplirás como moderadora en tu propuesta de intervención. El ideal de la evaluación es poder dar cuenta de los diferentes aspectos que entran en juego en los procesos de enseñanza y aprendizaje, y en cómo es visto por los sujetos que participan del mismo, pues tanto la mirada propia, como la de los compañeros y la de quien guía el proceso son determinantes. Esta es una pretensión directa del curso, por ello tendremos los 3 niveles de evaluación.
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